1.10.06

Y VUELTA A ACABAR

Abro los ojos y sólo me envuelve la oscuridad, las sábanas y la tranquilidad de la nada. Despierto y lo primero que pienso es que no hay nadie en casa, todo está en silencio. Vuelvo a dormir más de 8 horas, no me lo puedo ni creer. No espero nada de hoy, ni bueno ni malo, simplemente un día más en el que la desidia tal vez aparezca o se espere a venir mañana. Tengo la serenidad del vacío acunando mis ojos, ojos que ya no lloran, observan su alrededor teñido de gris, gris que de vez en cuando destella un leve azul. Tengo calma en mi espacio y con eso veo los días pasar.
Pero hoy tengo que volver a acabar.
La calma se disipa al saber de ti. Despiertan los recuerdos de los días de un color intenso, despiertan los anhelos que ni el tiempo puede ahogar. El silencio incontenido se rompe por tres palabras sólo con sentido para ti. Palabras que de nuevo brotan contenidas en cariño, desprovistas de deseos, palabras que te llegan sólo a medias ya que enteras me las tengo que tragar. Y pierdo la serenidad y todas las canciones vuelven a hablar de ti, de ti y de mí, de mí sin ti...y los ojos se nublan...pero no, hoy el cielo está azul y sería imposible que lloviera sobre esta ciudad. Y la desidia se vuelve abandono, de tus manos, de tus ojos. Y el abandono se vuelve vacío, de tus palabras, de tus sentidos. Y el vacío se torna desidia, día tras día.
Así que hoy tengo que volver a acabar.
Pasará el domingo, llegará la noche, olvidaré como siempre que hay almas que nunca mueren y dormiré. Mañana me despertará la tranquilidad de la nada, el tacto de mis sábanas y el gris que se desgasta por aparecer azul.


Y vuelta a acabar.

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