Ella era feliz entre sus brazos. Sus besos acariciaban cada miedo que asomaba la cabeza, dejándolo dormido, indefenso. Ella era feliz entre sus piernas. Su piel era casa, sus manos seguridad, su aliento en su cuello, vida en la noche.
Era feliz.
Y deseó con todas sus fuerzas no despertar.
5 comentarios:
creía que te habías emancipado. o has vuelto a "casa"?. ;)
parece que nos ponemos de acuerdo para empezar a escribir...
selene
A veces los deseos se cumplen...
Que suerte sentirte segura y feliz, aunque sea en sueños, no?
los sueños están para hacerlos realidad, no?
:)
Los hay que buscaron la arena de la playa bajo los adoquines de París y fueron realistas deseando imposibles. Mientras haya sueños y soñadores, hay vida.
Y luego viene aquello de tener cuidado con lo que se desea.
Pero al final despertó...
:)
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