Del viaje a lo más profundo de la tristeza, allí dónde se pierde de vista la realidad y las voces se ahogan en la lejanía, surgió una frase para guardar cerca de mi almohada. Una frase sincera, clara, sin rodeos, que habla de pérdidas y de objetivos, de pasado y de futuro, de verdades y de dolor. Una frase para dejar atrás una vida y apostar por un camino nuevo. Tan sólo 28 palabras en el momento en que fui consciente de dónde estaba, dónde no quería estar y a dónde no quería volver.
En los momentos en que los días se vuelven algo oscuros y la mente juega a añorar, cuando me descubro recorriendo los pasos del ayer y empiezas a llenar mis silencios, es entonces cuando busco mis 28 palabras. Releo su pena, repito sus sonidos que aun saben a llantos. Sin saberlo escribí una cura, el primero de mis mandamientos
para no volver a
caer.
3 comentarios:
Con los años vividos, he podido crearme miles de estrategias para evitar caer de nuevo, miles de curas para sanar, con palabras o silencios, el llanto y el dolor que provocan las pérdidas (en su amplio sentido) y sigo sin conseguir caer en cada salto de arriesgo porque creo, que la vida es esto; un paraíso de contrarios que se definen entre sí.
Nos dices cuales son las palabras?
Por si un día van y nos sirven...
Cada uno debe tener sus propias palabras,deben de ser tan sinceras que sólo tú te las puedes decir. Es entonces cuando realmente te las crees.
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