MAÑANA

Ella siempre iba mojada, calada hasta los huesos por la lluvia que en su mundo nunca cesaba de caer. Iba empapada y sin paraguas. Las tiendas sólo abrían los lunes y le era imposible comprar un paraguas, un chubasquero...así que se acostumbró a vivir bajo el frío de la humedad.
Además de mojada siempre iba pensativa, preocupada. Tenía pequeñas grandes dudas para las que nunca encontraba una explicación. ¿Por qué la luna siempre estaba en el mismo lugar? ¿por qué sus manos habían crecido en un minuto? ¿por qué no había vuelto a ver a aquella sonrisa que iluminó el cielo? ¿por qué llovía siempre? ¿qué era siempre? Tantas preguntas...y por más vueltas que le daba no encontraba en su cabeza las respuestas adecuadas.
Tan preocupada y cabizbaja iba siempre que un ángel (no de esos que pintan en las iglesias, era un ángel de verdad, de esos con sexo y vida y moral y aciertos y errores..de los que te guardan de verdad) le preguntó si la podía ayudar. Ella abrió los ojos con toda su reencontrada inocencia y le pidió que le contara los misterios que no la dejaban avanzar. Nuestro ángel la miró, le sonrió y sólo le dijo -"Esos misterios los resolverás tú sola, camina y mañana lo verás."
Y ella creía a su ángel y se decía -"Mañana, por fin mañana todo cambiará. Mañana dejará de llover y si no deja de hacerlo podré comprar ese paraguas rojo que tanto bien me hará. Mañana todo cambiará, y veré la luz y el mar y aquella sonrisa matinal. Por fin mañana llegará!"
Nuestro ángel es mortal y tiene virtudes y defectos. Nuestro ángel no pudo decirle toda la verdad. Nuestro ángel que siempre la va a cuidar no le dijo que "siempre" es hoy, y que mañana...siempre estará por llegar.