Todo fue pasando mientras miraba hacia otro lado.
Cuando se quiso dar cuenta tenía al futuro pegado a los talones.
Y ahora tiene sueño, y sueña poco
así que duerme mucho para darle esquinazo a la realidad.
Aprendió que la tranquilidad se la tiene que ganar una a pulso
y que los fantasmas
no tienen compasión.
Buenas noches con todo el sentido que pueden tener.
3 comentarios:
la crueldad de los fantasmas llega a ser aterradora, sí...
Deshagamonos de los fantasmas!!!
hay uno en mi armario!!!!
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