30.8.07

DESTINO, CASUALIDAD...LLÁMALE VIDA

La vida nos hace cruzarnos con mucha gente, a veces tan sólo compartimos con esa persona un saludo cordial, en algunas ocasiones ese desconocido se convierte en una pieza fundamental de tu vida. Muchas veces, mientras camino por la ciudad, me imagino la vida de ese chico de mirada perdida, o la de aquella chica que admira su móvil embobada...vidas ajenas sin ningún tipo de conexión con la mía. Una linea tan delgada separa nuestras vidas...por cualquier casualidad esa extraña entra en tu mundo, una amistad, un compañero, un confidente...
Por una casualidad como otra cualquiera apareciste en mi vida y, cosas del destino, te afincaste en mis días. Podías haber sido una extraña para mí toda la vida, cruzarme en algún lugar contigo y ni tan sólo mirarnos. Pero aquí estás. Y es como si hubiéramos estado juntas toda la vida. Y nos separamos, cosas de la vida también, y cada vez que esto ocurre te llevas un trocito de mí contigo. No me duele, sé que los cuidarás muy bien.
Tanto como yo cuido los tuyos.

5 comentarios:

Mul dijo...

Pues a mi siempre me duele un poquito, no consigo acostumbrarme...

Gracias ;-)

Sinsentido dijo...

Es cierto... no se, quizás una de las cosas que más nos cuestan es aceptar que hay mucha gente por nuestra vida y que no todos, por unas u otras razones, se quedarán

Me gusta tu forma de verlo, lo bueno es cuando vuelves a ver a esa persona y parece que el tiempo no ha pasado, que has conservado todo lo importante, porque aunque en la distancia se puede cuidar una amistad, amor,...

Hei Jei dijo...

pues yo tampoco me acostumbro, aunque me resigne.
el momento de la despedida, ése en el que se llevan un trocito de tu corazón, siempre me duele y, de tanto en tanto, algún pinchazo me da la herida.

Eyes dijo...

Yo no quiero acostumbrarme a esas cosas, es algo a lo q no me quiero resignar.

Yurian dijo...

Esas cosas siempre duelen, a veces un poquito, como un pequeño pinchazo en el pecho, leve, que te hace aguantar la respiración unos segundos y apretar los dientes; otra veces duele algo mas, es mas continuo, mas duradero, es como si un puño te apretará la garganta por dentro y la arrastrará hacia el estomago, te cuesta respirar, caes de rodillas y se te saltan las lágrimas del dolor.

En estos casos lo mejor que puedes hacer es apretar los dientes aun mas, coger aire y poner toda tu fuerza en tus rodillas, levantarte y alzar la vista para ver si aun ves a esa persona alejarse a lo lejos y quedarte con el camino por el que se fue y, de cuando en cuando, en esos dias en los que respirar es un oscuro deber, lanzar una mirada furtiva a ese camino y esperar que, algun dia, regresen.